A pesar de que el contenido de esta clase está enfocado en la eficiencia energética en la electricidad, no queremos dejar de lado un pequeño apartado acerca de la eficiencia energética en el sector transporte.
El siguiente texto está tomado del VII Plan Nacional de Energía de Costa Rica 2015-2030.
El concepto de eficiencia energética en el consumo de hidrocarburos no está arraigado en la población costarricense. Ello no es extraño, pues no ha habido campañas informativas y educativas que promuevan entre la población el ahorro energético como un factor por considerar en la adquisición de los vehículos y que incentiven también las formas eficientes de conducción y administración de flotillas.
A nivel internacional existen diferentes tendencias en las políticas de eficiencia energética en los vehículos. En países como Francia e Inglaterra se incentiva a los consumidores a elegir tecnologías eficientes con medidas relacionadas con el pago del derecho de circulación de acuerdo con el nivel de emisiones y ausencia de restricciones de acceso a algunas áreas de la ciudad. En el caso de Chile, se ha tomado la decisión de gravar los vehículos más contaminantes. En Costa Rica actualmente no se aplica ningún tipo de medida de eficiencia energética en los vehículos de combustión interna.
A pesar de que se reconoce la necesidad de migrar hacia tecnologías alternativas, no existe en el país una hoja de ruta que permita su incorporación de acuerdo con las necesidades de infraestructura, normativa, evolución del mercado de vehículos eléctricos e incentivos que permitan garantizar esa transición.
La modernización de la flota vehicular y el cumplimiento del Convenio de Estocolmo sobre los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPS) demandan la creación de un programa de chatarrización de vehículos. El país carece de una política sobre disposición de este tipo de residuos, así como de los estudios necesarios para garantizar su operación de manera sostenible.
A continuación, se presentan los hechos y avances relacionados con la transición hacia un transporte más limpio en nuestro país:
• Niveles de emisiones e inmisiones superiores a estándares internacionales en las zonas urbanas de la GAM, aumentan el riesgo de contraer enfermedades respiratorias y los presupuestos públicos
destinados a su atención se incrementan,
• Edad promedio de la flota vehicular que supera los 15 años de antigüedad, lo que aumenta la intensidad energética y la inmisión de contaminantes,
• Carencia de regulación para la importación vehículos nuevos y usados, lo que retarda la migración hacia tecnologías más eficientes,
• Las condiciones actuales en cuanto a incentivos para la incorporación de nuevas tecnologías en el parque vehicular no han tenido el impacto deseado.
Los desafíos hacia un transporte más limpio y eficiente se perfilan en:
• Reforzar el control de emisiones vehiculares,
• Mejorar la calidad del aire a partir de la reducción de inmisiones contaminantes,
• Implementar regulaciones a la importación de vehículos nuevos y usados,
• Promocionar condiciones fiscales, financieras, de infraestructura y de otros tipos para la incorporación de nuevas tecnologías en el parque vehicular,
• Posicionar el concepto de eficiencia energética en la adquisición y tenencia de vehículos,
• Promover el descarte de vehículos y su correcta disposición.